Henri Cartier-Bresson describía su concepto de la
fotografía como un modo de buscar el instante onírico e irreal dentro de lo
cotidiano. Ese momento en que los factores anodinos del día a día se voltean en
una combinación digna de ser recordada, porque solo unas décimas de segundo
después, habrá dejado de existir y nunca se volverá a repetir.
Esta imagen tomada en torno al año 2000, mientras
me iniciaba en el mundo de la fotografía, es mi pequeña contribución a ese
concepto de imagen.
Entonces tenía una cámara manual, una Cosina.
Después llegaron otras. Mejores desde un punto de vista profesional. Pero nunca
he vuelto a sentir la fotografía como aquellas primeras impresiones de
fuego.